Ya perdoné errores casi imperdonables.
Intenté sustituir personas insustituibles y olvidar personas inolvidables.
Ya hice cosas por impulso.
Ya me decepcioné de personas que pensé que nunca me decepcionarían.
Pero también yo decepcioné a alguien.
Ya abracé para proteger.
Ya reí cuando no podía.
Ya hice amigos eternos.
Ya amé y fui amado, pero también ya fui rechazado.
Ya fui amado y no supe amar.
Ya grité y salté de tanta felicidad.
Ya viví de amor e hice juramentos eternos, pero fallé muchas veces.
Ya lloré oyendo música y viendo fotos.
Ya llamé sólo para escuchar una voz.
Ya me apasioné por una sonrisa.
Ya pensé que me moriría de tanta tristeza.
Tuve miedo de perder a alguien muy especial (y lo acabé perdiendo), ¡pero sobreviví!
Y todavía vivo.
No paso por la vida y tú tampoco debería pasar.
Es bueno ir a la lucha con determinación.
Abrazar a la vida con pasión.
Perder con clase y vencer con osadía.
Porque el mundo pertenece a quien se atreve.
Y la vida es mucho para ser insignificante...