Ser ciclotímico lleva a estar constantemente con alti-bajos, pensado, imaginando y hasta rompiendo tus propias ilusiones.
Un día, una semana, un mes podes ser la persona mas contenta sobre la tierra, y con solo una, solo una palabra, bajas a lo más profundo de tu valle, ese lugar seco, apagado, sin vida.
No se muy bien en que estará dado ser así, posiblemente es una debilidad mental, trasladando el tema a la psicología, o bien algo mas bien relacionado con su entorno, algo mas espiritual, energías y demás. En si, la persona ciclotímica tiene ese, no se si llamarlo así, don de sentir hasta la vibra mas tenue; es una persona que a parte de estar muy conectada en si misma y a lo que le sucede, a la vez y en muchos casos se ve arraigada a los sentimientos, acciones, esencias de otra persona, los cuales de alguna u otra manera altera el ánimo para bien o para mal.
Hoy me animo a decir que mi estado de felicidad pasó a la inseguridad en un abrir y cerrar de ojos. Pienso que se debe a mi manera de ser, típica buena persona que por demostrar lo que no puede esconder va generando un cambio en el ambiente o persona con la que trata, lo cual produce una respuesta que no es esperada. Sé que existen muchas respuestas, que quizás no sabemos el sentido con el que se dice, pero lo interpretamos según como veamos el entorno, o según como “viene la mano”.
Sé lo mal que hago en adelantarme a los hechos, porque no existe manera de saber lo que vendrá sin antes vivir ese momento, el tema es cuando ese momento tarda en llegar. Me explota la cabeza y porque no, en algunos casos, el corazón, pienso todas las respuestas posibles haciendo de una gota un mar.
Soy de esas personas que le sobran palabras para justificar hechos, pero para explicar lo que siente no le alcanzan.
No se cuantas personas ciclotímicas existirán, de lo que estoy seguro es que no somos mucho los que escribimos para pensar y reflexionar sobre el problema, situación, duda que estamos sobrellevando.
Y digo, exhalando el aire, “todo esta bien”.
Por Santin Cristian.
